martes, 31 de mayo de 2011

Reflexiones del Día III

Cuando mis viejos se separaron, yo estaba en la mejor época escolar, último año de secundario y para mi desgracia en el último trimestre. Y lo que los padres comienzan a maquinar es que a los hijos se les va a dar por ponerse tan mal (ponele triste, si te gusta más) que pueden empezar a hacer cosas que no hacian, por el solo hecho de rebelarse y dejar a la separación como tema de fondo. 
Tengo muy presente que a mi hermano menor se le dio por fumar, es decir, nadie en la familia fuma, y a él le pintó por ese lado. Estuvo un tiempo así, dejó, pero luego volvió. Y al día de hoy, sigue fumando (lamentablemente)
Por ejemplo mis viejos creían que (de mi parte) mis notas bajarían o me empezaría a portar mal en el colegio, más cuando faltaban meses para que me graduara. Algún tiempo creí que pasaría eso. De echo no fue nada lindo ir a estudiar cuando venía de escuchar discusiones y más discusiones de mis viejos.
Quizás para sorpresa de ellos, y quizás también para sorpresa mía, no solo mis notas no bajaron, sino que además me gradue sin ningún problema, y con un promedio cercano a 9 (nerd yo?). En ese tiempo concentré todas mis energías (o como diría Freud, mi líbido) en las materias del colegio. 
Cuando fue momento de hacer el ingreso a la Facultad, resultó algo parecido, logré lo que muchos ingresantes no pueden lograr hoy en día, entré en el curso de verano, y en una semana había rendido todos los finales, cuando desde hacía dos meses ya estaba trabajando con mi familia.
En la actualidad hay ciertas situaciones que se repiten, y hacen que mis ánimos cambien constantemente.. Y aunque sigo trabajando para que eso no pase, me di cuenta que en el estudio no me afectan. La facultad es mi mundo, mi espacio, mi lugar, no hay problema alguno (excepto que se trate del ámbito universitario) que pueda traspasar esa linea. Aunque debo reconocer que me costó un tiempo encontrar esta seguridad con respecto a la carrera a estudiar.
Conclusión: la vida se me puede estar cayendo a pedazos, y aún así yo puedo concentrar todas esas energías negativas en mis estudios, aquello en lo que tanto tarde en decidirme para estar completamente segura de que es lo que quiero para mi futuro profesional! 
Así que... ya lo sabés... por más que mi ánimo este bajo el subsuelo y demás profundidades, las notas de la facu van a estar por los cielos! 
Ojala eso pasara más seguido con la dieta! 

Y bueno... todo no se puede!

1 comentario:

Pupo dijo...

sublimás (también diría Freu); está muy bien! sacás provecho de lo negativo. Me gusta :)